Desde hace años, los proyectos de digitalización de patrimonio documental están en auge. Es una manera de adaptarse a los nuevos tiempos, al permitir difundir su legado a través de la red, y cultivar así una comunidad interesada en conocer el trabajo de fondo de los archivos.

A nivel europeo, existe un proyecto centrado en la digitalización que destaca por encima de los demás, tanto por ambición como por recursos invertidos. ¿Te gustaría conocerlo? Entonces vamos a viajar a Venecia.

¿Qué es el Venice Time Machine?

La máquina del tiempo de Venecia es un proyecto de documentación colaborativo fundado entre la Universidad Federal de Laussane de Suiza y la Universidad Ca’Foscari que busca crear un modelo multidimensional de Venecia gracias a su legado documental de más de un milenio de antigüedad. Por tanto, un proyecto de esta magnitud involucra a profesionales de muchos ámbitos, ya que requiere de técnicas como digitalización por índice o segmentación genérica de documentos.

Venecia y su historia

Aun contando con un territorio reducido, Venecia fue uno de los protagonistas de la historia moderna de Europa. Gracias a su gran flota, se convirtió en un centro de redistribución de mercancías, estableciendo colonias en las islas de Creta y Chipre y compitiendo contra potencias como el Imperio Otomano. No obstante, el descubrimiento de rutas oceánicas por parte de los imperios españoles y portugueses provocó su inevitable declive.

Finalmente, en 1797 pasó a manos de Napoleón, para posteriormente estar bajo el Imperio Austríaco y más tarde, el Reino de Italia.

Técnicas del Venice Time Machine

Algunas de las técnicas empleadas en este proyecto son diversas:

Digitalización basada en índices
Apoyándose en herramientas de indexación histórica, permite disponer de un sistema de información basado en el contenido de los archivos históricos digitalizados.

Computación Catastral
Consiste en aplicar técnicas computacionales en los catastros napoleónicos para convertirlos en una fuente de información.

Descubrimiento de Patrones Visuales
Se necesita implementar motores de búsqueda capaces de buscar más allá de los metadatos textuales, sino también a través de consultas visuales.

Segmentación genérica de documentos
Esta técnica pretende abordar varios procedimientos de manera simultánea, como la extracción de páginas, análisis de diseño o la extracción de ilustraciones o fotografías.

Extracció automática i análisis sintáctica de referencias
Permite extraer un corpus de monografías de referencia, y además propone un sistema para conseguir la red de publicaciones a las que hace referencia.

Progreso de la máquina del tiempo de Venecia

Un proyecto de esta magnitud requiere un plan meticuloso. Por ello, el Venice Time Machine se divide en dos grandes etapas, de unos ocho años de duración cada una.

La primera fase del proyecto empezó en 2012 y finalizó en 2019. Se puso en marcha el proyecto con la firma de un acuerdo entre las dos instituciones fundadoras, la Universidad Federal de Laussane de Suiza y la Universidad Ca’Foscari de Venecia. Durante estos años, se asentaron las bases de este plan: se contrataron la maquinaria y los especialistas necesarios, para más tarde en 2015 establecerse el protocolo para la digitalización y anotación, que fue aprobado por los profesionales de los archivos de estado de Venecia.

Además, se desarrollaron tecnologías destacadas, como el Time Machine Box, un servidor alojado en los archivos donde se escanea y que permite almacenar todos los ficheros y sus metadatos siguiendo el protocolo IIIF. Gracias a ello, permite analizar imágenes utilizando técnicas como algoritmos de segmentación de documentos o reconocimiento de caracteres, siempre que sean compatibles con los estándares de IIIF.

Más tarde, en 2017 se desarrolló el buscador, y en 2018 un sistema de reconocimiento automático de la escritura. Ahora bien, en 2019 el proyecto tuvo un parón, al surgir desacuerdos entre archivistas y científicos de datos respecto a licencias y metadatos, al no seguir estos los estándares de InterPARES,  poniendo en peligro los 8 terabytes de información generados en el proyecto.

Sin embargo, el proyecto tuvo que suspenderse, al no conseguir resolver sus diferencias. No obstante, en octubre de 2020 llegaron a publicar un artículo en la revista Nature sobre la peste negra que azotó la ciudad entre 1630 y 1631. Por desgracia, parece ser que nunca veremos el producto final de este proyecto. Los datos generados durante estos años pueden ser utilizados por ingenieros y arquitectos (los artífices del proyecto), pero no tienen valor alguno para archiveros o historiadores que hayan participado en él.

Lecciones sobre el Venice Time Machine

Lo cierto es que este tipo de proyectos tan ambiciosos seducen a cualquiera; la máquina del tiempo de Venecia no es una excepción, y más si tenemos en consideración la enorme cantidad de financiación que ha recibido. De hecho, en Cataluña existe el proyecto XARXES, liderado por el Centro de Visión por Computador (CVC) de la Universidad Autónoma de Barcelona. El proyecto, presentado en 2017, busca crear programas que logren reconocer masivamente la letra manuscrita y mecanoscrita. Con toda esta información, se construyen buscadores onomàsticos electrónicos para ser aplicados a registros históricos como los censos de población.

A pesar de ello, como defensores de las humanidades tenemos que ser cautos sobre nuestro uso  de la tecnología. Una correcta gestión de nuestro consumo de ésta nos permitirá mantener una posición de independencia, sin renunciar a los innumerables beneficios que nos aporta. De hecho, no es posible sustituir todo el conocimiento que aporta un paleógrafo por un algoritmo, ni tratar los datos del pasado de la misma manera que los actuales. Asimismo, la máquina del tiempo de Venecia ha fracasado porque las humanidades adoptaron una posición secundaria por debajo de la tecnología, cuando jamás debería haber sucedido. Un ejemplo beneficioso para ambos es el buscador de imágenes de Google, una herramienta muy célebre, que supo combinar el criterio humano con un uso adecuado de la tecnología.

Por tanto, la colaboración de ingenieros con archiveros, lingüistas o historiadores siempre tendrá que ser de tú a tú: el conocimiento aportado por uno ha de estar complementado por las aportaciones técnicas o críticas del otro. Tan solo de esta manera lograremos convertir el legado documental de Venecia en una realidad multidimensional, transportándonos a su época más gloriosa.

Ilustración de Venecia